Inicios de la experiencia etnográfica: Los Altos del Bio Bio en 1993

A inicios del año 93, inicié una práctica en terreno en los Altos del Bio Bio, ya entonces se hablaba de la inevitabilidad de la construcción de las represas en el sector, de hecho ya se habían comenzado algunos trabajos.
En Ralco Lepoy, nos recibieron en la escuela internado, estaba a cargo de un profesor y su esposa. Los pehuenches que habitaban esas tierras eran numerosos pero la mayoría de ellos se encontraba en la "veranada" periodo de movilidad de los animales en busca de pasto más tierno, ahí subían aún más hacia los cerros. Aprovechaban también esa oportunidad para celebrar un Nguillatún. Ese año era especial por la proximidad de la construcción de la represa.
Me dediqué a buscar tejedoras, había pocas aunque logré llegar a la más antigua. Vestía un delantal de colores sobre su manto negro, un pañuelo en la cabeza y algunas joyas de plata. Aparte de recibirme y mostrarme algunos de sus textiles no se explayó mayormente en su trabajo. Mi búsqueda era de simbolos textiles y las posibles diferencias que podrían existir entre los pehuenches y los huichilles, de hecho, los textiles en existencia en el Museo Mauricio Van de Maele en Valdivia pertenecían a la cultura huilliche y eran los que había estudiado. No encontré diferencias, los signos textiles eran los mismos, tal vez la frecuencia en los textiles variaba un poco.
Las mujeres se dedicaban a la confección de textiles para tener las prendas y el abrigo necesario en sus casas y para su gente, el resto, en especial calcetas de lana, las tejían para venderlas a los turistas. Con el dinero de estas ventas compraban lo que llamaban "las faltas", el harina, el mate, el azucar. El diseño de estos textiles era totalmente diferente, incluso los colores, no incluían en forma profusa los símbolos de su cultura, la combinación de colores era también distinta.
Las mujeres reconocían a la experta (la primera de las mujeres entrevistadas y la mayor de ellas), pero las tres entrevistadas tejían el telar. Y lo hacían porque tenían ovejas, requisito indispensable para acceder a la lana.
Toda esta actividad se orientaba dentro de un sistema de economía de subsistencia en la que todos dentro del grupo familiar contribuían al diario vivir y la mujer con un rol importante: la huerta, la alimentación de las ovejas y la vestimenta y con esto todo lo relativo al mundo textil. De la mano con esto, la reproducción de los símbolos culturales que comprobé eran los mismos tanto en la cultura huilliche como en la pehuenche. Esta reproducción cultural no es tan simple como aparece a simple vista, representa una forma de conservar y transmitir la cultura a través de los símbolos textiles sin diseño previo y en forma continua a través de muchas generaciones. La mujer tenía el espacio de tiempo, la capacidad y la inteligencia de llevarlo a cabo y la habilidad en sus manos. Tal vez, como dice el escritor uruguayo, el arte prehistórico lo pintaron las mujeres, si hasta ahora diseñaban los símbolos textiles ¿por qué no las pinturas prehistóricas?




Comentarios